II
Sí, para escuchar, sí, para hacer mía
Esa fuente, el grito de alegría, que borboteante
surge de entre las piedras de la vida
Temprano, y tan fuerte, y luego se acentúa y calla.
Pero escribir no es tener, no es ser,
Porque el estremecimiento de la dicha no es allí
Mas que una sombra, por diáfana que fuera,
En palabras que aún se acuerdan.
De tantas y tantas cosas que el tiempo
Ha surcado duramente con sus garras,
- Y no puedo hacer más que decirte
lo que no soy, salvo en deseo.
Una manera de tomar, que fuera
Dejar de ser sí mismo en el acto de tomar,
Una manera de decir, que hiciera
Que uno dejara de estar solo en el lenguaje.
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