viernes, 13 de mayo de 2011

RESPONDIENDOLE A CARVER DIEZ AÑOS DESPUES. LAURA WITTNER

El cuerpo no pesa lo suficiente sobre el colchón

y el deseo de dormir se diluye

en el deseo de todo. Este hartazgo

no se puede glosar.

Ni siquiera es hartazgo.

Para que el cuerpo logre algún reposo

la mente tiene que salir al aire gélido

en estampida, pero estampida silenciosa

como todo lo iluminado por la luna.

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